Fiestas Julias

El estruendo de los cohetes y la música regional anuncian por todo lo alto la alegría de sus habitantes que, año tras año, se preparan para rendir tributo a la Virgen Santa Ana.


Desde los primeros días de julio, el pueblo santaneco se viste de gala para celebrar en grande sus tradicionales Fiestas Julias. Grupos musicales, carrozas y el colorido de los singulares payasos atrapan la atención de los santanecos y sus visitantes.
Cada día hay algo nuevo y diferente. Por la mañana el pueblo es sorprendido por melodías de mariachis que exaltan las bondades recibidas por su Patrona, la Virgen de Santa Ana.
El júbilo de los feligreses se afirma aún más al obsevarse largas filas de niños, jóvenes, adultos y ancianos portando velas encedidas, que depositan en el altar mayor de Catedral como acción de gracias por los favores recibidos.
Otros entonan cantos, plegarias o guardan silencio en la casa de Dios. A esto se suma la quema de los cohetes de vara que anuncian las fiestas, mientras por los altoparlantes se dan a conocer las actividades que el comité organizador ha preparado.
Del fervor a la diversión
La alegría se extiende a las colonias y barrios del municipio, donde los invitados de honor son los niños, quienes participan de la quiebra de piñatas, saborean las irresistibles golosinas y disfrutan de la mágica imaginación de los hombres de la eterna sonrisa: los payasos.

Por la tarde, la presentación de grupos musicales, demostraciones de acrobacia, encuentros deportivos, hacen que los jóvenes pasen momentos amenos. Durante las fiestas también forman parte obligada del programa la feria del libro, la feria del dulce, las presentaciones artísticas y la feria industrial.
El esparcimiento no se detiene. A partir de las ocho de la noche los santanecos e invitados asisten a los carnavales. Ahí las luces multicolores y el público se fusionan al escuchar música de las más prestigiosas bandas y orquestas del país.
La popularidad de sus festejos trasciende más allá de los límites geográficos, que el número de visitantes procedentes de los departamentos de Ahuachapán, Sonsonate, San Miguel, San Salvador y de los vecinos países de Guatemala y Honduras, da mayor colorido a la ciudad.
Una fiesta esperada
Los casi 300 mil habitantes de Santa Ana se preparan para las fiestas con dos meses de anticipación, con la organización, infraestructura y aportes de la empresa privada. La comunidad, en suma, da su aporte a fin de hacerlas exitosas.
Normalmente el ex campo de aviación se transforma en un parque de diversiones, que contiene además de juegos mecánicos, un área para circos, que son el deleite de los más pequeños.
También hay un lugar destinado para los kioskos de golosinas, restaurantes, donde puede adquirir los tradicionales dulces de Santa Ana, conservas de coco, dulces de algodón, elotes locos, enredos de yuca y platillos típicos.
Los juegos tradicionales tienen su espacio para que el visitante pueda entretenerse con el tiro al blanco, rito de aros, ruletas o loterías.
En definitiva, las Fiestas Julias están hechas para todos, para la devoción y la diversión ¿Se anima a venir?
Cada año del 20 al 29 de Junio se celebran las esperadas pintorezcas y tradicionales fiestas patronales en honor a San Pedro Apostol, son nueve días llenos de actividades y tradiciones, llenas de comida tipica, dulces y las insustituibles ruedas.
La ciudad de Metapán es famosa por poseer la mejor iglesia colonial de El Salvador, la cual tiene las siguientes dimensiones: 60 varas de largo por 14 de ancho, de mampostería y teja, ordenes Dórico y Troscano. Se emprendió su construcción en 1736 y se concluyó el 11 de junio de 1743 debido al celo y piadosa eficiencia del cura Francisco Javier Estrada.
En el centro de la rotonda del coro se lee: “ se acabó este bermesal de Metapán en junio de 1743”, con caracteres de azul borroso. También se encuentra la imagen de “El Señor Angue” una bella escultura de Cristo Crucificado que data del siglo XVII.
Cuenta con 29 cantones y 227 caseríos, sus fiestas Patronales, en honor a San Pedro Apóstol, son celebradas del 20 al 29 de Junio.
Entre las tradiciones mas famosas se destaca la famosa MOLIENDA:Es una tradición muy llamativa en Metapán, es visitada por muchas personas por la noche a deleitar sus sabrosas cañas de las cuales fabrican: la espuma, la miel de Mesa, el jugo de caña, los famosos batidos y los atados de atados.
Cabe destacar que en Metapan esta el parque nacional Montecristo, uno de los atractivos mas grandes e importantes del ecoturismo nacional.

CALUCO



Caluco, para quienes no conocen, está a un par de kilómetros de Izalco, como a una hora de San Salvador. El nombre de Caluco, unos dicen que significa “lugar de Cuervos” pero más me gusta el sentido de “Lugar de Hospedaje”.

En un diseño de pueblo totalmente clásico se encuentra el parque al centro y, bordeándolo, en medio de portales está la policía, la alcaldía, una pupusería y a un ladito, la iglesia colonial. Es por finales de junio que vienen las fiestas de Caluco, en honor a San Pedro y San Pablo Apóstol.

Para estas fechas, el pueblo se pone más alegre, ya que en el parquecito se montan ruedas, de esas que se les da vuelta a pura fuerza de gato. Además, llegan un montón de chalets con dulces típicos, yuca frita, papas fritas, elotes locos y demás.

Para quienes quieren ir a pasar el día, les recomiendo que visiten los diferentes balnearios que se han construido en torno a los ríos de la zona, especialmente el Río de Agua Caliente, el cual tiene su origen en nacimientos de agua termales.

Después de bañarse en el río, no se puede perdonar la sopita de gallina india que es la especialidad de Caluco, algo así como las pupusas de arroz en Olocuilta. Buenísima.

Para los amantes de la historia y las historietas, se dice que Don Pedro de Alvarado pasó por Caluco y que hubo un enfrentamiento allí. Los que cuentan la historia con un poco más de sabor, dicen que hay una piedra donde quedó grabado el casco del caballo de Don Pedro, pero hay si la encuentran me avisan.

No se olviden también de visitar la estación del tren, la cual recuerda alguna película del viejo oeste, tremenda casona de madera y lámina, donde pasaba dos veces al día el tren y allí por las cinco de la mañana la “bala de plata” que de forma inclemente siempre me despertaba los sábado.

Finalmente, para cerrar el día, les recomiendo comprar queso fresco de una quesería casi enfrente de la escuela del pueblo y pasar después comprando tortillas de la Esperanza, adelantito de la alcaldía. Un par de tortillas a las 5 de la tarde son perfectas para cerrar el día y regresar a casa.

Felicidades a mi querido Caluco y toda su gente