Feliz Navidad !!!!

Si hay costumbres de fin de año marcadas por un ambiente de fiesta esas son las salvadoreñas. Antes del 24 de diciembre se organizan pastorelas y posadas en las que los personajes son María y José.




Desde las primeras semanas, las plazas y las calles se llenan de las ventas de pólvora y luces de fantasía que se utilizarán en noche buena y noche vieja. En ambas fechas, y desde temprano por la tarde, niños y adultos se reúnen a la entrada de sus hogares y celebran con los juegos pirotécnicos. En casa se prepara la cena navideña.



El gran invitado es el pavo, con su salsa criolla, acompañado de arroz y ensalada fresca. Lo más tradicionales siguen preparando los tamales de gallina para atender a las numerosas vistas, y el postre típico es el de torrejas y marquesote. No puede faltar en la mesa salvadoreña las uvas y manzanas.



Un poco entrada la noche rompe el baile, hasta que se acercan las doce campanadas. Cuando se escucha el último repique, todos los presentes se abrazan deseándose bendiciones del Niño Dios, que hasta esa hora es colocado en el pesebre del nacimiento que yace bajo el árbol de Navidad. Pero antes el miembro más adulto de la familia, bendice la frente de los invitados con la imagen del niño. Después se procede a intercambiar y abrir los regalos, para luego cenar. Muchas iglesias ofician, a la medianoche del 24, la “Misa del Gallo”, para celebrar el nacimiento de Jesucristo. Viene la celebración de fin de año.



La dinámica es la misma: reuniones en casa de familiares para bailar y compartir la cena, muy similar a la de nochebuena. A las doce de la noche se realizan varios “rituales”. Algunos tiran debajo de su cama tres naranjas, una sin pelar, otra a medio pelar y una pelada totalmente, luego se agachan y recogen una con los ojos cerrados. Si les sale la que está sin pelar, será un año prospero, pero si toman la que no tiene nada de cáscara, es señal que no será un buen año.



También se comen doce uvas, una por cada mes del año. Anteriormente, algunas personas se pasaban por el cuerpo un huevo de gallina india para “sacarse los males” que les dejaba el año viejo y hay quienes incluso salían con una maleta a dar vueltas por su barrio, para viajar mucho ese año.